Rigoberto Graciano's Obituary
Con profundo pesar, la familia Graciano anuncia el fallecimiento de Rigoberto Graciano, de 58 años, quien partió de este mundo el 18 de febrero de 2025 en Houston, Texas, rodeado del amor de su familia.
Rigoberto nació el 7 de abril de 1966 en Canatlán, Durango, México, hijo de Heriberto Graciano y María de la Luz Graciano. Desde joven, mostró una pasión por la mecánica y la electricidad, habilidades que perfeccionó a lo largo de su vida y que le permitieron ayudar a muchos con su talento.
El 8 de abril de 1988, Rigoberto unió su vida a la de María de la Luz Guerrero en Monterrey, México. Juntos, construyeron una vida llena de amor, risas y recuerdos inolvidables.
Amante del fútbol, Rigoberto era un ferviente seguidor de los Pumas, y su pasión por el deporte era evidente en cada partido que veía. Su color favorito era el azul, un detalle que se reflejaba en las camisas que solía vestir con orgullo.
Además de su amor por el fútbol, Rigoberto disfrutaba de las parrilladas, donde su habilidad para asar carnes era legendaria entre sus amigos y familiares. Su verdadera pasión, sin embargo, era ayudar a los demás. Siempre dispuesto a tender una mano amiga, Rigoberto dejó una huella imborrable en todos aquellos que tuvieron la fortuna de conocerlo.
Rigoberto es sobrevivido por su amada esposa Maria de la Luz Graciano de Houston, Texas, sus hijos Heriberto Graciano y su esposa April Graciano de Houston, Texas, y Christopher Graciano su hijo, y su perro Oso. Rigoberto sera recordado por sus hermanas Engracia Graciano, Lourdes Graciano, Rosa Graciano, Hilda Graciano, y Dlba Graciano, y su hermano Jaime Graciano, y su mama Maria de la Luz Frias. Su legado seguira con su nieto Bertin Reyes.
Rigoberto es precedido en fallecimiento por sus hermanos Jose Luis Graciano y Octavio Graciano, y por su papa Heriberto Graciano Gonzalez.
Rigoberto será recordado por su generosidad, su amor por la vida y su inquebrantable espíritu de servicio. Su legado vivirá en los corazones de su esposa María de la Luz, su familia y todos aquellos que tuvieron el privilegio de llamarlo amigo.
Descansa en paz, Rigoberto. Tu luz seguirá brillando en nuestras vidas.
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